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Un por qué para las entrevistas

Recuerdo con cariño la primera vez que escuché la historia de los tres canteros.

Un peregrino vio a tres hombres dando forma a una piedra, se acercó y preguntó al primero qué hacía, éste contestó que picaba una piedra, se acercó a preguntar al segundo cantero que le explicó como daba forma a una piedra clave para un arco. No contento con la respuesta preguntó a un tercer cantero quien le dijo: - “Estamos construyendo una catedral”.

Qué bonito, eso es lo que todos queremos, pero para poder hacerlo, es necesario sentirlo y que te lo hagan sentir, pues bien, pensemos en dónde empieza y dónde termina nuestra responsabilidad con respecto a este tema tan importante.

Muchos de nosotros manejamos con soltura conceptos como visión, misión, papeles, competencias, etc... Pero, ¿Nos hemos preguntado que saben o piensan quienes trabajan con nosotros de estos temas?

Las entrevistas de seguimiento y evaluación del desempeño, están íntimamente relacionadas con esto, de hecho, si en estos contextos de comunicación fuéramos capaces de sentirnos y hacer sentir a los demás corresponsales en la construcción de una catedral, todo iría sobre ruedas.

Al menos, casi todos estamos de acuerdo, en la importancia de tener una visión general de por qué uno hace lo que hace. Es igualmente crítico, conocer en qué medida nuestra intervención, afecta al desempeño de los demás y es necesario a su vez, coordinar estrategias que desciendan en cascada, sin perder esa coordinación.

Para conseguirlo, necesitamos que la comunicación sea más fluida, más rica, más sencilla, más rápida.

A veces, no es necesario esperar a editar una revista de comunicación interna para dar a conocer a dónde queremos ir, se pueden usar otros muchos canales alternativos, y digo alternativos, porque el primer canal de comunicación tenemos que ser las personas. Después, podemos reforzar el mensaje de mil maneras diferentes, pero ese primer canal, somos nosotros.

Los modelos de competencias han dotado de mayor cercanía a las personas que trabajan juntas, pero, ¿Les estamos ayudando para que puedan, de verdad, tener ese contacto tan directo?, ¿Disponen de los conocimientos necesarios y los medios para transmitir?, ¿Sienten el seguimiento de las personas, como una oportunidad para compartir estrategias y alinear a su equipo?

Tal vez, tenemos que mirar nuestro interior y valorar en qué medida las entrevistas de seguimiento y evaluación están contribuyendo a que nos sintamos partícipes de un mismo objetivo y tal vez, sólo tal vez, alguno de nosotros tenga que plantearse la posibilidad de revisar “¿Para qué estoy picando esta piedra?”


Julia Hernández
Directora de Vivencia y Talento Consultores

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