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Sobre dar ideas y el silencio

Recientemente hemos sabido de la detención de un menor como presunto autor de un delito contra la libertad sexual, amenazas y coacciones sobre una también menor de edad, a través de una app de mensajería instantánea.

La menor decidió denunciar como consecuencia de una charla que estaba recibiendo en su centro educativo por parte de Agentes de la Policía Nacional.

Muchas veces escuchamos que es mejor no hablar de los temas, "no dar ideas, que luego la gente copia y reproduce comportamientos que no son correctos". Pero ¿qué ganamos con el silencio?. Probablemente si esta menor no hubiera recibido esta información, a lo mejor seguía sufriendo el chantaje, coacción y amenazas o por miedo, igual había empeorado su situación como lamentablemente hemos visto en otros casos.

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Por nuestra experiencia, sabemos que en aquellos entornos (ya sean educativos o laborales), en los que no se habla, no se cuenta, o se difunde información, es precisamente en los que se dan y se perpetúan los casos de acoso, chantaje sexual, coacciones, amenazas, etc.

Cuando las personas somos conscientes de nuestros derechos en lo que respecta a nuestra integridad física y psíquica, es cuando estamos en disposición de defendernos, de no callar, de no permitir, de dejar de perpetuar este silencio que normaliza conductas tan deplorables y que tanto nos dañan como sociedad.

Hay que hablar del suicidio en adolescentes, de autolesiones, de anorexia, de extorsión sexual, de acoso laboral, de acoso sexual y por razón de sexo en el trabajo, de ciberacoso y de todo lo que nos permita parar a tiempo. Esta realidad existe y luchamos para que desaparezca, pero la respuesta no es el silencio "por miedo a dar ideas".

En aquellos centros y organizaciones en los que se explicita la existencia de protocolos de prevención y actuación ya se están dando pasos muy importantes para detener estos comportamientos:

  • Por un lado, empoderamos a las posibles víctimas para que sepan que lo que les pasa no es normal, ni admisible, ni está permitido. Les hacemos saber que están ante un delito y que pueden denunciar, así como que tienen todo el apoyo de su centro (ya sea de estudio o de trabajo).
  • Por otro lado, estamos poniendo en conocimiento de la comunidad que cohabita en dicho centro que determinados comportamientos son lo que son: delitos, no bromas, ni una gracia, ni "cosas de chicos" o "luchas de poder, como ha habido siempre".

  • Y en tercer lugar, y lo más importante, estaremos creando entornos seguros, libres de abusos que nos permitan sacar lo mejor de nosotros mismos.

Vamos a dar ideas sí, muchas ideas, todas las que podamos y de forma clara: vamos a difundir qué comportamientos consideramos intolerables y si alguien tuviera la intención de coger esas ideas para hacer daño, vamos a darle información para que sepa también a qué se enfrenta.

Probablemente si esta chica hubiera recibido esta información antes, no se habría sentido tan indefensa, y con toda probabilidad si este menor hubiera sabido la que se le venía encima, tampoco se hubiera comportado como la ha hecho.

Y es que no hay mejor prevención que el conocimiento, hablar y difundir de forma clara qué no es admisible, qué es un delito y las consecuencias que tiene rebasar los límites.

Ya no diremos aquello de: "¡Ojo con dar ideas!". Más bien "cuidado con actuar como si no pasara nada". ¡Ojo con el silencio!

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