Influencia positiva: La clave de un liderazgo motivacional
Las personas con equipos a su cargo saben más que nadie que un equipo motivado rinde más y mejor. Durante este artículo analizaremos qué sentido tiene la motivación y por qué cada vez se tiene más en cuenta.
Un buen líder tiene la capacidad de motivar, de mover a la acción a sus colaboradores creando asimismo un clima de trabajo positivo.
Si consideramos, tanto la procedencia, como las definiciones, nos encontramos con varios significados que pueden ayudarnos a comprender mejor la terminología referente a la motivación:
Procedencia:
El término motivación procede del latín movere que significa mover, implica acción, dinamismo o reacción ante algo.
Procede también del vocablo latino motus y tenía que ver con aquello que movilizaba al sujeto para ejecutar una actividad, el sujeto entra en acción inducido por un motivo.
Definiciones:
Motivación: ensayo mental preparatorio de una acción para animar o animarse a ejecutarla con interés y diligencia.
Motivar: dar causa o motivo para algo.
Así pues vemos cómo tener claros los objetivos, saber cual es la finalidad de la acción, da sentido a aquello que se quiere realizar.
Aquellos con personas a su cargo (jefes de departamento, gerentes, coordinadores de equipo, etc.) coinciden (están de acuerdo en) en afirmar que los mejores resultados, los han obtenido cuando los componentes del equipo “se lo han creído”, que cuando han creído en si mismos y en sus posibilidades, es cuando han empezado a tener éxitos.
Si tenemos en cuenta algunos ejemplos relacionados con deporte, vemos como en ocasiones, equipos desconocidos y/o humildes en un principio, han ganado premios, trofeos o campeonatos y cuando se ha entrevistado a su entrenador ha puesto de manifiesto que lo más importante fue la confianza del equipo en poder lograr sus objetivos.
El liderazgo motivacional consiste entonces en una manera de dirigir, guiar al equipo influyendo positivamente sobre él, no sólo basándose en la tarea y en el esfuerzo sino haciendo referencia a sus posibilidades, estimulando sus habilidades y capacidades, teniendo en cuenta los momentos por los que atraviesa el equipo, haciendo seguimiento muy de cerca de los componentes teniendo en cuenta los intereses comunes, sus preocupaciones y necesidades.
Para mostrar la diferencia, vamos a hacer referencia a la experiencia:
Durante una sesión de entrenamiento a gerentes, pedimos a nuestros participantes que describieran sinceramente y con pocas palabras a sus colaboradores y lo que esperaban de ellos:
La experiencia prometía, pues en un principio trataba de localizar la necesidad de cada uno de los gerentes para intervenir ofreciendo soluciones, pero como siempre pasa, la experiencia fue mucho más enriquecedora por las aportaciones y variedad de opiniones. El resultado fue variopinto, incluso algunas respuestas eran muy diferentes, tomamos como ejemplo dos de ellas:
Respuestas:
1ª “Tenemos las herramientas y la confianza, nos complementamos y logramos muchos éxitos”
2ª “Sólo quiero que trabajen, que son una panda de vagos”
Las palabras hablan por sí mismas, el departamento referido a la respuesta 1ª funcionaba adecuadamente aunque estaba abierto a mejorar, sin embargo el departamento referido a la respuesta 2ª, según su gerente ni era productivo, ni cumplía plazos ni llegaba a los objetivos.
Cuando tratamos de buscar soluciones comprobamos que la influencia es determinante para el desarrollo de los equipos. La influencia positiva promueve actuaciones fructíferas, al contrario, el pesimismo y desconfianza genera ruptura de comunicación y pérdida de punto de referencia de los colaboradores, provocando un sentimiento de pérdida de rumbo (sentirse a la deriva).
- Algunas claves de liderazgo motivacional:
- Captar y ofrecer información
- Comprender las características y necesidades del grupo
- Saber/conocer y comprender
- Controlar al grupo
- Aconsejar, apoyar, motivar
- Servir de ejemplo
- Representar al grupo y planificar
- Evaluar, mediante feedback positivo y útil
- Compartir liderazgo
- Dirigir el aprendizaje
- Tener en cuenta la concentración y dedicación
- Preparar para éxitos y fracasos
- Aprender de errores y estar abierto a críticas
Alicia Hernández
Responsable de Proyectos de Vivencia y Talento Consultores